sábado, 8 de septiembre de 2012

ESCRIBIR

No puedo hablar
ni decir
de otra forma.
Las palabras
de la boca
del aire
son para mí
pájaros
muertos.
No hablo
como en mí
hablo.
No hablo.
De mi garganta
solo salen
palabras
verdes,
colgadas de las ramas,
sin forma.

No puedo decir
sin llenar
el espejo blanco
de vácio
de nostalgía.

No puedo mirar
sin mirar
como tus ojos
caen
sobre la hoja,
se deshacen
en charcos
azules,
transparentes.

La escritura es mis ojos.

jueves, 6 de septiembre de 2012

PÁJAROS

No me di cuenta hasta que, ya adulto e incapacitado, la nostalgia me atrapó y tuve que ponerme a ver fotos antiguas.

Todas las mujeres que me gustaban en la infancia, tenían los mismos ojos.

No importaba el color. Podían ser ojos celestes, marrones, color miél, verdes, oscuros.
Pero, en algo todos esos ojos eran identicos.
Eran ojos de gorrión.

Ojos cuya pupila no dejaba espacio al blanco. Ojos humedecidos, tristes, que miran siempre hacía los fantasmas del futuro. Ojos con esa tristeza tan alegre. Que, mas que tristes, son ojos conmovidos por el mundo.
Mujeres con ojos que te daban ganas de abrazarlas, de convertirte en refugio de sus humanidades transparentes, ocultas, fragiles. Que te daban ganas de protejer sus miradas de la inmensidad. Porque, solo ellas podían ver la inmensidad.

Mujeres con  ojos perdidos en el árbol (porque saben que el arbol es un mapa del universo).
Mujeres con ojos perdidos en las alturas.

Cuando la veo a ella me doy cuenta, que ella es un gorrión más. Admito que paso el tiempo buscandole las alas. Y despues, una vez más, lo entiendo.

Las alas están en el fondo de sus ojos.

ARBOL

Árbol,
algo me molesta
y no encuentro el hueco
para decirlo.
Árbol ¿Porqué
tu pecho se me cierra?
No te entiendo.
Antes te entendía.
Mis brazos eran
como tus ramas
 se extendían.
También querían
probar que las nubes
eran ciertas.
Mis raices,
estaban en el cielo
y en la tierra.
De mí  caían personas
como ciruelas.
Árbol, algo nos separa
¿O es que yo también
necesito el riego,
de la madrugada?
Árbol, algo se me ha muerto.
Me llego el otoño muy temprano.
Hasta en el espejo,
soy un tempano de años
y silencio.
Árbol, abrite, abrí tu pecho
a mis palabras.
Aunque, a veces, sean como sierras.
Yo también estoy anclado al mundo,
pero me estoy pudriendo.
Árbol, dejá que trepe
a tu mundo.
Dejame estar cerca
Y entender el cielo de los pájaros,
y verte las orugas
y la sangre.
Dejá que yo tambien me abra
y entre mis pulmones
susurrá un secreto.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

CASA DE MUÑECAS


Son sobrevivientes.

La más grande, la francesita
con la nariz
como un hueco
y los ojos negros
hundidos
en el plastico.
La pecosa,
con ojos de botones
de camisas de abuelo.
Entre ellas
vive el gran silencio
de Mariela.
Un silencio
grande  y pesado
como la noche
del miedo.

Sobre una repisa,
inanimada,
la morena
con la piél
intacta
y la cabeza incompleta.

Viven sin mirada,
solas,
amontonadas
en la pieza
olvidadas del olvido,
apiladas
como papeles
en cajones lejanos.

Mariela,
saca boleto,
trepa al colectivo,
trepa por espaldas
arañando cuellos,
abriendose entre gritos,
llega a la oficina,
amontona
hojas,
escuha al jefe,
habla
con el telefono,
y vuelve a casa
afonica.

La gauchita
con la pollera larga
a lunares,
 vaquita de San Antonio,
"la preferida
de la nena".

Mariela se mira
en el espejo
fría
fué apilando silencios
en las ventanas.

El principe
con el cuello erguido
de fierro,
y los ojos café amargo,
elegia sus pretendientes
entre las vidrieras.

Mariela no ama
a ese hombre
con la piel de las ventanas
invernales.
Ese hombre es un intruso
que un día
apareció en su cama.

Mariela se peina
frente al espejo antiguo,
con bordes goticos,
alto,
manchado de otoño.
Mis ojos están muertos, piensa.
Y se peina
como si peinara a otra.

miércoles, 29 de agosto de 2012

UNO TANGUERO



Como argentinos que somos, resulta imposible no asociar las cartas del truco a nuestra existencia.
En el truco, como en la vida, pueden tocarnos ciertas cartas al azar y depende de como las usemos, de como engañemos al mundo, el salir ilesos.

Pero, si lo pienso mejor,en la vida no nos dan tres cartas por mano. Nacemos con todas las cartas. No hay ser un humano que no pueda ser todos los seres humanos.
El problema está en que no sabemos sí estamos jugando el ancho de espadas o el cuatro de copas.
Nos está vedado el conocimiento de las cartas que tiramos en cada mano.
No sabemos cuanto tenemos para el envido, ni podemos imaginar las cartas del contrario (porque ni el las imagina).
En el truco el engaño es voluntario, en la vida el engaño está planeado desde hace tiempo. Por los tipos que inventaron el mazo.
Somos ciegos para el juego en el que estamos metidos.
Y puede que gastemos el ancho en nimiedades y, en los momentos clave, tiremos un cuatro raquitico.

Creo que en el final de nuestra vida, tendremos acceso a las tres ultimas cartas (siempre sobrarán tres). Entonces, podremos ver las cartas. Las que nunca usamos en nuestra existencia. Y jugaremos la ultima partida contra la muerte.

domingo, 12 de agosto de 2012

ENCUENTRO



Caía una lluvía fina. Recuerdo, los cables de telefono tejiendose a medida que las nubes se llenaban de niebla. Después la ví. O antes. Y miré hacía el cielo para perderla. Las gotas de lluvia parecían de hilo. El mundo había oscurecido. Solo quedaban faroles y estrellas. Recuerdos del sol.
La ví de nuevo, en el horizonte, como borrandose. Tenía el rostro de todas las  mujeres que había amado.
Paró. Las calles espejadas, el color del cielo, decían que había llovido y que ya no volvería a ser el mismo.
Tuve esta impresion: La conozco. Y la plaza desierta.
Su cuello era fino y blanco, como la lluvía.
Entonces llegó por fin el colectivo y se la tragó.

sábado, 11 de agosto de 2012

EL TIPO DE LA TV (FRAGMENTO)

Desperté con dolor de cabeza y un leve resfrío. Busque en la mesita de luz el ejemplar de La señora Dalloway, pero no estaba. Lo busqué entre las colchas y las sabanas, pensando que había dormido con el libro encima. Incluso, busqué bajo mi cama. No estaba.
Después de esta búsqueda, noté que junto al tren que siempre va hacia el sur en mi velador, había un grueso cuadrado de papel grisáceo. Era el diario del día. El rostro del tipo de la tele ocupaba casi toda la portada, aplastando los minúsculos títulos deportivos y la noticia de un planeta descubierto en un lejano sistema solar.
Encendí el velador para cerciorarme de la realidad de lo que estaba viendo. Me froté los ojos formando una montaña con mis dedos, casi cerrando los puños, para comprobar que no se trataba de una alucinación provocada por la falta de visión de un recién despierto. El tipo estaba en la portada. Hacía un gesto entre riendo dulcemente y burlándose. Su risa era macabra, lo comprendí. Era una mueca de desprecio al mundo.
Escuché la voz del tipo, penetrante, sintética, en el comedor de la casa. Eran las siete de la mañana ¿Estaría hablando en un programa de noticias?
Al salir de mi habitación lo vi. Estaba sentado frente al hogar a leña. Reía suavemente. Mis padres estaban atados a dos sillas, cuyos respaldos estaban atados el uno al otro.  Miré a mi padre. Sus ojos de miedo. Tenían la boca sellada con cinta de tela. Yo no podía creerlo.
-¿No hace falta que me presente, verdad?- Dijo el tipo , seguía sonriendo. En verdad, su risa no se detenía jamás.
Me hubiese gustado borrarle la cara.
No le respondí. No quería hablar con aquél hombre.
Mi madre y mi padre permanecían con la mirada fija,  atrapados en el fondo de sus ojos. No temblaban. Ahora, no parecían estar asustados. Murmuraban algo, querían decir algo. De seguro, mi padre añoraba encender un cigarrillo. Gotas de sudor caían de su frente y su cuello y explotaban en sus  jeans.
El tipo de la tele se tomó la libertad de agarrar la pava, llenarla de agua y ponerla a calentar. Como si pensara que mi casa era su casa. Luego, abrió la puerta de la alacena y agarró el paquete de yerba.
-¿Dulce o amargo?- Preguntó. No me miraba. Miraba hacia un horizonte impreciso.
Yo miraba las sillas de madera antiguas a las que mi padre y mi madre estaban atados. Habían pertenecido a la abuela Alejandra. Pensé que, en los tiempos que la abuela había vivido,  el sujeto, que ahora depositaba la yerba cuidadosamente en el mate, no hubiese tenido un lugar donde justificar su existencia.
El tipo de la tele tomó el primer sorbo y puso cara de asco. Se cara de asco era como una sonrisa invertida.
-¡Que yerba horrible! ¿Dónde compran tus padres esta porquería?
Me alcanzó el segundo mate.
-Debes preguntarte que hago yo acá ¿Verdad?- dijo. Se quedó mirándome fijamente, sin dejar de sonreír
 Comprendí que, al parecer, el tipo de la tele necesitaba comprobar que estaba acertado en lo que decía. Por eso repetía la palabra “verdad” después de enunciar muchas frases. Necesitaba tocar las palabras, darles consistencia. Era inseguro.
-¡A ver si te rendís de una vez!- Dijo.
-¿Rendirme?- Le estaba hablando. El sujeto al fin conocía mi voz. Eso me asustó.
El tipo se perdió unos segundos mirando la nada. Los comerciales, pensé yo. Después, preparó la voz con delicadeza y expresó sus pensamientos:
-¡Ah! ¡Al fin te escucho! ¡Tenés una linda voz, podrías trabajar en televisión!
Por impulso, cerré los ojos e introduje mis índices en lo más profundo de mis oídos, negándome a oír y a ver al sujeto.
Pasaron horas, minutos, segundos. Abrí los ojos pero no destapé mis oidos, hubiese sido demasiado. El tipo estaba cómodamente sentado tomando mate y comiendo palmeritas.
-¡Escuchá! ¡Tenés que  ver mi programa!- dijo. Pude leerlo en sus labios.
¡Escuchá! ¡ Escuchá! ¡ Escuchá!
Me negué.
Se dirigió al comedor, tomó asiento en el sillón más grande y encendió el televisor con el control remoto.
Ahí estaba él. En el programa de juegos para divertirse en familia. Lanzaba un dado gigante y el conductor indicaba al público que el tipo debía avanzar seis casilleros en el tablero a escala humana. El programa era en vivo ¿Cómo podía estar en dos lugares a la vez? Tras avanzar los seis espacios, el tipo de la tele caía en un casillero que tenía la foto de un famoso corredor de cien metros libre. El conductor informaba que el concursante debía avanzar seis espacios más. El conductor era casi igual al tipo, con más bigote y un poco menos de pelo. Vestía un traje de astronauta color naranja,
Sentí que los dedos de mis pies estaban atrapados en las zapatillas. Y esa sensación subía por mis piernas hasta llegar a mi garganta. Estaba furioso. Me sorprendí gritando. Lo tomé del cuello de la remera y le grité.
-¡Fuera de esta casa! ¡Ándate de acá!
El permaneció inmutable. La risa se le agrandaba en la cara. De media risa a cuarto menguante.
Grité varias veces hasta que me cansé. Me dolía la garganta. Comencé a llorar y rogar. “¡Rajá de esta casa! ¡Ándate, por favor! ¡Ándate!
El seguía sonriendo. Sus ojos también reían. Todo su cuerpo reía a carcajadas, incluso sus poderosos bíceps.
Yo estaba cansado y transpirado. Tenía la cara mojada de lágrimas, pero no estaba angustiado. La angustia había salido de mi cuerpo a través de los gritos. En este estado, y comprobando que nada podía hacer para echar  ese hombre casi-un-hombre, me dirigí a mi pieza para seguir durmiendo. Mi mente estaba en blanco. Mis pensamientos se habían materializado en gritos y lagrimas.
En segundos, comencé a sentir un intenso sueño. Recordé a mis padres. Por la discusión, los había olvidado atados a las sillas de la cocina, pero los parpados me tapaban ya la mitad de los ojos. Me dormí.

Volví a despertar al mediodía. La señora Dalloway descansaba en mi pecho. Lo primero que recordé fue que no había clases por desinfección ¿O habían hallado una rata en la escuela? Mi madre me gritó varias veces desde la cocina. Podía oír el murmullo del gas y la brisa del fuego en las hornallas. Hice oídos sordos  a los gritos de mamá. Me hice el dormido. Después, se oyó un clic y el sonido del televisor comenzó a llenar la casa.

jueves, 9 de agosto de 2012

DECIR

Lo que  digo
se disuelve
en el viento
del pasado
lo que  dije
ya es palabra
pierde el sentido
y el futuro
lo estoy por decir
a cada instante.

martes, 7 de agosto de 2012

LUNALA 2

1
Decir amor
¿No es decir roma?

2
La luna del lago
es la luna del mundo.
Alicia me mira desde mi cama.
Estoy del otro lado.

3
No encuentro la luna
en el espejo,
en la ventana.

4
Inutil.
Pasar los dedos
por el hueco del silencio.

5
Morir es asistir
al caer de las palabras.

6
La tele me mira,
me cambia,
me apaga.

7
que el silencio
 es lugar
para dormir

8
La estrella que me atrapa
en sus paredes luminicas.

9
Sinonimos:
Eternidad
Fugacidad

10
Sacan a pasear
sus universos

No les ponen correa
los dejan sueltos, rabiosos.

11
Las camisas en la tarde.
Cascaras abandonadas.

12
¿Cómo que antes no fuí lobo?
Mi corazon tiene colmillos
 ojos de luna.


13
Soy: una hamaca quebrada en un parque abandonado.

14
La ventana a través del paisaje.

15
Lunala:
Un pájaro fugaz
que solo una ves verás
en tu existencia. No dejarlo ir.

16
El orificio del sol.
Tu lunar de luna.
Han protegido mis huecos.

17
Si estás enfermo, rojo, radical.
Tomate una aspirina y olvidate de todo.

18
Le brotaba sangre
La sangre brotaba
como una enrredadera

una raiz interminable:
la historia.

19
Casas sin pueblo =  Sarcofagos ocultos.

20
Miro por tu ojo.
A traves de mi ojo.
Miro por tu ojo.

Y me veo.

21
Inutil morder las palabras.
Masticar la vida.

22
¿En cuantos grillos cabe la noche?

23
No quiero perder el color
como las mariposas.

24
Ví al azul sentado
en una plaza,
era anciano
tenía los ojos perdidos

en palabras
sin dientes
que ya no abren puertas.

FUGA


OLVIDÉ EL OLVIDO DEL RECUERDO DE ESE DÍA EN QUE MIS MANOS TOCARON LA LUNA EN LA VENTANA.
OLVIDÉ EL OLVIDO DEL RECUERDO DE ESE DÍA EN QUE MIS MANOS TOCARON LA LUNA.
OLVIDÉ EL OLVIDO DEL RECUERDO DE MIS MANOS.
OLVIDÉ EL OLVIDO DE AQUÉL DÍA.
OLVIDÉ  EL OLVIDO DEL RECUERDO.
OLVIDÉ EL OLVIDO DEL OLVIDO.
OLVIDÉ.

lunes, 6 de agosto de 2012

LA MAÑANA NACE


Nos perdemos en imagenes distantes, en palabras fuera de los mapas. Decimos cualquier cosa. No decimos el viento que nos roza, ni el bosque que nos teje, ni nos rodea el paisaje.
Decirlos sería callarlos.
La mañana nace en un grito enorme. Se abre sobre nosotros, no cabe en nuestros ojos, se expande sobre el mundo como una sombrilla vieja.
La mañana se deshace en luces y se deshace el mundo.
Cuando la mañana muera seremos adultos.

BAJO EL SILENCIO ROJO


Aun la veo.
Sentada a la sombra de estas tenues palabras.
La eternidad de sus gestos. En el fondo los gatos habituales, casi azules, como misterios abandonados.
Nos banalizan las llamas vacías de este sol ambiguo. Entre fuego casual y tiempo blando.
Pero, aun la veo, con estos ojos ficticios. Dibujos del amor en un cuaderno. Fuego encapsulado.
Sus facciones dificiles, hundidas en lo ajeno, caubiertas de barcos que encallan en la niebla. Murmullos feroces.
Enciendo el valor de una risa que, columpiada en el viento, se haga niña. Esea niña gris, sin paraguas, llueve levemente en su silencio.
Busco el sentido del lenguaje que inventamos. Palabras solo nuestras, como: Grito, Distancia, Amor y Tiempo (entre parentesis, como un secreto oculto tras el fuego).
Quedan atras los árboles eternos, que corren veloces hacía el lado opuesto ¿No es suficiente el cielo que inventamos para cubrir los volcanes antes muertos?
El peso de este sol nos ensombrece,
Sentados en el fuego, bajo el silencio rojo

de este atardecer inutil.

HOMBRE-CABRA


Soy un hombre-cabra. No me introdujeron en ninguna capsula o maquina capaz de mezclar mis celulas con las de este  animal de las montañas.
Quizás, los atomos estaban en el aire.
Día a día fuí mutando hasta ser lo que soy.
En enero apenas tenía un asomo de cuernos sobre mí cabeza. En julio, ya eran unos cuernos bién definidos, solidos y, casi, brillantes.
Posteriormente, vinieron las garras y los ojos perdidos en las alturas.
Cuesta ser otra cosa cuando uno se acostumbra a ser la misma cosa durante tantos años. Veintiocho años.
Si las vecinas pudiesen verme, aunque mi madre nunca deja que me vean, pensarían en mí como un demoño. Vivo en mi peza, bajo llave, por si un día se me ocurre atacar al perro o al gato.O huir por los techos como montañas.
Llegar al silencio de las alturas.

EL GATO


El gato sobre la mesa, inmovil, como la pava. Ambos perdieron su brillo de plata. Agarro la pava de la manija y al gato del cuero.
Pienso: Las cosas son tan distintas e iguales entre sí.

TRADUCCIÓN INADECUADA




Miro la noche. Miro los planetas erguidos en la noche, son los baleros brillantes de los dioses.
Espero la tarde. Espero la tarde de la miel secreta, aleteo en vano, doblando las puntas de la belleza.
Recuerdo lejanos viajes y años. Tanto pulsar botones para abrir puertas y caminos. Tanto obedecer a los relojes ¿Pare qué?
De algún lugar llegan mensajes. Aparecen a través de los vidrios. No puedo traducirlos.
Vienen a mi mente frases aisladas: Caminos de puertas, garras de palabras, silencios de ruido, ruinas precambricas, telefonos mudos, lunares que hablan, claviculas calvas. Les busco la cadencia, las mido. No puedo traducirlas.
Pienso que, en algún lugar del mundo, todo se fusiona en una sopa cosmica. Me queda un gusto extraño, como si ese dios nos tomara en broma.
Si existe, me gustaria lanzar palabras hacía arriba, clavar en las nubes signos de interrogación...
Aislado en mis pensamientos, me sorprende la presencia de una extraña figura: Un obrero.
Tan parecido a mí y, sin embargo, tan imposible.
Recoge los puntos suspensivos, hace de la interrogación un martillo, y llena los espacios que yo vacio cada instante. El puede traducirme.
Si él no existiese el suelo desaparecería y yo caería sin más al vácio.
Él sostiene las vocales y las consonantes, las carga en su carreta, las mezcla, las llena de vida y las baraja.
Sin embargo, para los dioses del mundo no es más que una H. Sordo, mudo y sin valor si no hay una letra que lo anteceda.
Quiero poner palabras en su boca, pero ya es tarde. Es agotador sostener al mundo tantas horas. Está cansado. Vuelve a casa. Su esposa lo besa levemente. Es dificil amar con la esperanza herida de levantar murallas. Ahora está sentado mirando por televisión la continuación del mundo que dejó allá afuera. Mientras los  conductores se ríen en su cara y las sombras de los empresarios pasan por su vida.
Pero sé que un día, el menos pensado, Dostoievsky lo sorprenderá en una esquina, o la vieja cara de Marx con su gran barba callendo como un puente.
Ese día, no habrá continuidad entre el adentro y el afuera. Entonces, armados de vocales y designios, iremos de la mano. Ese viejo obrero y yo, el joven obrero. Buscaremos una verdad que podamos librar como batalla. Jugaremos con los lbaleros de los dioses.
Las respuestas se irán llenando de preguntas.

LUNALA


LUNALA

"A su lunala del color del cielo
a su lunala del color del mar"


1
ALGUNA VEZ
ESTUVE AHÍ
(FRENTE A LA VENTANA VACÍA,
LAS RODILLAS CONTRA EL SUELO.
DESVINCULANDO LA AUSENCIA).

2
NO ES TRANQUILIZADOR.
LOS MISMOS PERROS EN EL OLVIDO.

3
NO ES DOLOR VIOLENTO,
DESHABITADO.
ES UN DOLOR DE BRISA,
TRANSPARENTE, GESTUAL.

SUBIRSE A UN COLECTIVO
CON LA SONRRISA CORRECTA.

4
CURRICULUN VITAE: REBOTE DE  MUSICA INCONCLUSA EN LOS ARBOLES DEL TIEMPO.

5
¿COMO COMBATIR LAS DICTADURAS 
DE MI MENTE?
¿COMO HALLARME ENTRE LAS CELULAS
AZULES DE MI CAMISA?

6
YO, NO SABIA QUE LA VIDA PODÍA ROMPERSE
VOS, NO SABÍAS 
EL, NO SABÍA
NOSOTROS, NO SABIAMOS
ELLOS, NO SABIAN.

EL DESTINO DEBE TENER GUANTES DE ACERO.

7
TIENE QUE HABER UN LUGAR
DONDE MI NOMBRE
SE ESCUCHE COMO MI NOMBRE.
Y NO COMO UNA COSTUMBRE OXIDADA
DE LA FONETICA.

8
QUISIERA:
EXTRAVIARME EN LAS BALDOSAS DE MI PATIO.

9
MUY NENE
DESDOMADO
DESHABITADO
DESMUNDADO.

10
LLUEVE LLUEVE LLUEVE
Y ESTÁ LLUVÍA ES UNA EXTENSIÓN DEL PATIO DE LA INFANCIA.

11
LA POESÍA:
¿NO ES LA INTERROGACIÓN SIEMPRE ABIERTA
SOBRE EL MANTEL DE FLORES PURPURAS?

12
EN TUS GESTOS HAY UNA SOLEDAD EXTINTA.
PERO, HOY TE RECORDARÉ
COMO SI NUNCA HUBIESES EXISTIDO.

13
¿SEREMOS TAN REVERSIBLES
PARA NO CAER EN EL MISMO HUECO?

¡EL ABISMO ES UN LUGAR TAN FELIZ!

14
ESTOY DEMASIADO EQUIVOCADO
PARA SER REAL.

15
¿Y NO PUEDE SER
EN ELSILENCIO, EN EL PERFUME
DE LOS PUENTES Y LAS CASCADAS
EN LA FOSFORESCENCIA DE LAS VENTANAS?

16
NO SE CUANTO FALTA
PARA QUE EL VALLE SEA PUENTE O ESCOTILLA,
PERO EXISTE DENTRO MIO
COMO POSIBILIDAD.

17
VIVIMOS DE HORIZONTES:
OCCIDENTALES, AMERICANOS, PRECISOS.

18
CUANDO RECORRO LA LLUVIA
TE RECORRO.
INDEFECTIBLEMENTE.

19
¿COMO ES EL MUNDO SIN VOS PIBE?
QUE SE TE VUELAN LAS FASES Y LAS FRASES
Y LOS PREFERIDOS.

20
TAL VEZ HAYA PENSADO
HORIZONTES DESNUTRIDOS
DE VERANO Y SEMEN.

21
¿Y SI ME DESCONTEXTUALIZO?
¿PORQUE O ME DESCONTEXTUALIZO?

22
ENRREDADERAS COLGANDO DE LAS PAREDES
Y CHICOS COLGANDO DE LOS PARQUES.

23
ES QUE A VECES
SUBIRSE A LA MUERTE
ES COMO SUBIR A UNA SONRRISA.

24
LA POESIA
¿NO ES UNA VERDAD
QUE PODEMOS LIBRAR
COMO BATALLA?

25
DESPERTÉ:
MIS OJOS SE DESPEREZARON
DE PAJAROS Y PRIMAVERAS

Y ME AFERRÉ A LA DUDA
COMO A UNA VIGA DE SOL.

26
ME GUSTAN LAS CIUDADES QUE ADMITEN TUS OJOS
Y LAS VENTANAS QUE HAY EN TU VUELO.

27
TUS OJOS BORRANDOSE
EN LA PARTE LIMA DEL VALLE
SILUETAS PALIDAS DE VERDADES
CAYENDO
CAY
ENDO
C
A
Y
EN
DO

28
Y EL ULTIMO SORBO DEL AMOR
SIEMPRE SE EXTINGUE EN EL CAFÉ

29
TU LUNALA
YA NO ES LUNA NI ALA.

30
AL FINAL:
NO HABRÁ GUADAÑAS NI DESTIERROS.

UNA REVOLUCIÓN DE MARIPOSAS
EN LA TIBIEZA RESEÑA DEL UNIVERSO.

31
NO NOS PREGUNTAMOS,
NO NOS RESPONDEMOS,

ATRAVESAMOS LAS PREGUNTAS
Y LAS RESPUESTAS
COMO ORIFICIOS DE LUZ

EL VIENTO LAS PALABRAS


1
Potrero.
Tus rejas.Tu tierra.
Potrero. Regado.
De cielo. Soledad.
Del que espera.
La mañana sin sol.
A la deriva.
Potrero.


2
Marcos piernas largas.
Para cruzar el tiempo.
Piernas largas.
Sombras de ombú.
Piernas. Puentes.
Amanecen. Marcos.
Izquierdas. Gambetean al mundo.
Y mueren.

3
Arból secreto. 
En tu pecho.
Lanzo palabras.
No las barre el viento.
Tu estomago.
Inalcanzable.
No grita. Las orejas.
Parten el sueño.
En tu hueco.
Me digo.


4
Escuela.
Siempreverde.
Figuritas perdidas.
La boca de grito.
El albún inconcluso.
El corazón perdido.
Cambiado.
Por uno repetido.


5
El mudo.
Masticaba las palabras.
Las tragaba.
Se veía. El bulto debíl.
La garganta.
Extinguida.
Tenía miedo de perderlas.
Para siempre.

6
Estrella.
Que mirabas.
Como mis muros perdían.
Argumento.
Y nada.
Verla partir. Sin moverse.
Irse muy adentro.
Chuparse desde los dedos.
Hasta la frente.
Implotarse.
Reflejarse. Estrella.
En tus espejos.

7
La tele.
Me mira. Se ríe.
Siente panico.
Se abraza fuerte.
LLora. Grita.
Me apaga.

8
24 a la noche.
En el techo. Tomamos.
El vino del cielo. En silencio.
Nos comemos la memoria.
La condimentamos.
Se respira el mundo.
Las estrellas. El viento.
 Alegre. De sentido.
Nos vaciamos.
En el vino.

9
Selva hipocrita.
Gritás en las calles.
Atormentada.
Vacía de tormentas.
El rayo. Que se vuelve.
Flecha. Condenada.
Selva. Tapada.
Borrada con el codo.

10
Despierto en el sueño del barrio.
Todos sueñan. Mujeres de niebla.
Hombres de amor. Amurado.
A la estrella. Sueñan.
Amor con a veces. 
Amor con ojos desencajados.
Con hasta luego. Espera.
En la sala perdida.
En la. En él. Perdida.
La infancia.
Despierta.

11
Las manos plastilina.
Crayones.Pegar.
 Un sol oscuro.
En el cielo.
 Geometrico.
Otro  mundo. Despegar.
Volver a cero.
Dibujarte. Las manos.
Que dibujan.
Destierros.

12
El domingo del jazmin.
Perfume de pájaros.
Es  mandarina. Abuelo.
Fuego. Menta.
Tiempo. Egranaje.
Congelado. 
Avenidas dormidas.
Trenes lejanos.

13
Sabado dentro tuyo.
Me instalo.
Lleno de tu boca. Las palabras.
Entro. En el beso.
Por escaleras de lluvia.
Te rozo el higado.
Hay huecos. Descubro.
Huecos del mundo. Poros.
Muros vencidos.
En la mañana.
Soplás.El amor.
 Por la ventana.

14
Julia.
Nunca sé de vos.
Más que evidencias.
Una huella. En la sombra.
Una caricia. De viento.
En las rejillas.
Que no saben. De vos.
Más que el silencio.

15
En mi cocina quedá bién tu risa.
Te lo digo. Hay ventanas. Serias.
Seriamente. Hay ventanas.
No hay obligación. Es solo.
Que haría juego con la porcelana.
Con los girasoles muertos.
Con la luna. Que la noche.
Va muriendo. Encandilada.

16
Busco tu beso.
En el beso. 
En mapas. 
Fuera de los mapas.
En la sombra. Del beso.
Inexistente.
En el río. De besos.
Se derrama.
Busco tu beso. En la palabra.
Beso. La palabra. 
Busco tu beso.
En este beso muerto.

17
Zocalos. 
Pisados.
Del tiempo.
El camino del perro.
Tiempo. Zocalos.
Para mi alma.
Pisoteada.

18
Carnaval.
Tu recuerdo. Desmembrado.
Caretas de agua.
La mujer de agua. Inanimada.
Sueño del abuelo.
Se escapa. Las manos.
Liquidas. 
Escena de la muerte.
Del poeta. Triangulos de bermudas.
Apelmazadas. Recuerdo. Acuatico.
Regresar a la panza.
Estar atado. Al ombligo.
Del mundo.
Nuevamente.

19
El agua esta muriendo.
Llega. La muerte huracanada.
A las calles. El cielo abierto.
Tiembla. Pesa. 
Ausencias. 
La gente. Duerme. Los ojos.
El violeta inmenso.
Se abre. Rapta las miradas.
Ojos que vuelan. Zumban.
El cielo. Se descuelga.
Las nubes. Maduran.
 Ceden.








PRIMER BESO





PRIMER BESO



El primer beso es besar al mundo.Y, a veces, pienso que es el único beso verdadero.


Con el primer beso se fueron los grillos y las luciérnagas. Pero, el beso incandescente se instaló en tu cara, se quedó a vivir en tus orillas.Un beso fuera de temporada que se abre paso entre publicidades y distancias.Es como ver el último atardecer o encontrar la figurita que llena el álbum.Es llegar al final del laberinto y volver a perderse eternamente.Tiene gusto a vida, a jazmín, a presente.Y, algunos días en que el cielo grita, pienso que es el único beso verdadero.


Porque los otros son besos de abismo que caen y mueren con la noche. Son la sombra del beso, del primer beso.El recuerdo.Son parásitos que viven de ese beso único, platónico, extenso. Son  monstruos de baba ante el primero que es un ángel acurrucado en la niebla.Ante el beso que es un beso de tarde, iluminado por el sol, un beso de banco de plaza, de recreo.Apenas un rayo de bolsillo.  Un clic en un repertorio de largos murmullos.Apenas grita, apenas gime.Pero, él solo, sigiloso, corre transparente como brisa y le avisa a la luna que es tiempo de llenarse.


Además, el primer beso no es nada exigente, acepta a cualquiera. Y la mujer o el hombre que regale su universo a este presagio quedará clavada en tu memoria.El primer beso es un puente sin pretensiones de camino. Y queda pegado a tu cara, como el chicle en la zapatilla. No sabe de sumas o restas, ni logos, ni ergos. Es ingenuo, sincero, olvidadizo.Todos los besos recibidos se amontonan sobre este beso, que está tatuado a tu cara y a tus pasos , como un lunar invisible.Ni la mujer o el hombre que digan sobre el altar “para siempre” podrán borrar de tu mundo a ese sueño tímido.Ni los jurados y escribanos podrán poner un sello inalterable sobre ese prodigio de un dios lleno de pecas.Ni los besos crueles de los jefes, ni los arrojados desde los colectivos, o los que quedan en los vidrios empañados de un auto.Ni el beso largo del reencuentro, ni el beso succionador de la cama redonda.Ninguno lograra ahuyentar a este Peter pan rebelde que una tarde entro por tu ventana.


Porque el primer beso (inexperto, olvidadizo, soleado, inexacto) es el monarca de los besos.Y todos los besos conducen hacia él.Y no tiene nada que ver con los besos fugaces de oficinas lúgubres o esos besos de doble sentido y de promesas aullantes .Es callado, intransigente.No se parece a los besos arremangados que juegan con las manos y las piernas.Es un beso desnudo, recién traído al mundo, atípico. 


Porque los otros besos son espejismos, besos que se apagan con el día, fantasmas que deambulan buscando al beso perdido.

HAIKUS Y TANKAS


1
LUZ ATRAPADA
UNA CARCEL VACIA
SOBRE LA MESA.

2
MARCAS DE POLVO
SUEÑO DEL AIRE
EN LA LUZ.

3
UN DOLOR GRIS
MUERE EN LA TAZA
SOBRE EL CAFÉ.

4

OLAS INMOVILES
TIÑEN EL MAR
SE DETIENE EL TIEMPO.


5
EL PASTO TUERCE
EL SILENCIO
EN LA VEREDA

(EL VIENTO
MURMURA SU VERDAD).


6
LA LUZ PROFUNDA
MIDE EL SILENCIO
EL RESTO ES NOCHE.

7
CARTAS, RECUERDOS
TANTO VACIO
SOBRE LA MESA.

8
NUBES RASGADAS
CASI FRAGMENTOS
DEL CIELO MUERTO.

9
ESE MANTEL
LLENO DE FLORES
Y DE PREGUNTAS

10
UN NUEVO ROSTRO
PEGO EN MI ALBUN
DESTINO INCIERTO

ME ESTOY ACOSTUMBRANDO DEMASIADO AL FIN DEL MUNDO




Me estoy acostumbrando demasiado al fin del mundo.
La esquina de mi casa en una grieta de lava. Se alimenta de bicicletas fundidas y restos de basura.
Ayer fuí a buscar a Roberto a la casa y la vieja me dijo que no salía, que tenía que estudiar para la prueba de mañana. Es curioso que siendo el fin del mundo exista un mañana.Y, mas curioso, es ver como la maestra anota en su pizarrón: "tarea para casa".
¿Quién va a hacer la tarea si capaz mañana ya no hay mundo? ¿Quién querria desaparecer mientras hace ejercicios combinados? Pienso que no hay mejor opcion que morir pegando la ultima figurita del album de las estrellas de la Rock and Pop. O mientras uno arroja avalanchas de piedras a la casa del viejo que nos pincha la pelota.
Pienso en Roberto, que boludo, estudiar para la prueba. Por lo menos, me hubiera devuelto el cd de los violadores que le presté la semana pasada  ¡Y si el mundo termina y se queda con mi cd!
Ahora se puede ver la mitad de las casas del barrio. Antes el fuego dejaba tres cuartos descubiertos. Sospecho que no falta mucho para que las invada completamente. Todo estará inundado y extrañaremos el ayer. Pero, el ayer pronto dejara de existir porque permanecemos en el fin del mundo.
Mi mayor crisis la enfrenté cuando supe que las provisiones de chicles y fuegos artificiales se estaban acabando ¿Que haremos cuando ya no haya nada con que divertirse? ¿Machucaremos las orejas de nuestros compañeros? ¿Dejaremos las puertas del aula abiertas intencionalmente para que una ola de lava incinere los pupitres?
Imaginaba, ayudado por las series de ciencia ficcion y los dibujos animados, que el fin del mundo era algo así, pero esperaba, no se, mas decisión en sus acciones. Un día se lleva la casa de los Rodriguez ¡Sí esa gente era de la mejor del barrio! ¿Que espera para llevarse la casa de la bruja de al lado?
Pablo, mi hermanito, un jueves a la tarde le preguntó a mi vieja, después de que esta hablara con una vecina acerca del famoso fin del mundo y en medio de una discusión por una partida de canasta. Conflicto en el medio del cual otra vecina, antes de irse ofendida, le tiró una milanesa a mi vieja dandole en la frente.
Pablo, gran indagador si los hay, preguntó: Mamá ¿Que es el fin del mundo? Cuando todo termina, hijo ¿Todo qué? Es algo complejo, hijo, dificil de explicar, no lo entenderías (no sabía la respuesta). Es... ¿Donde puedo verlo? Repreguntó pablito que comprendía la ineficiencia de la pregunta o la falta de claridad de la respuesta.
En la puerta, en la vereda, en todos lados. Pensé yo. No dije nada.
Empiezo a preguntarme si esto del fin del mundo es real o si es consecuencia de nuestra absurda costumbre de ponerle nombres a todo.
Ya casi todo esta lleno del final. Las glorietas de doña Vicenta dejaron de florecer. Hace unos dias cerraron el bar de Claudio y el video de Luis. Sin embargo, nada más pasa. Solo sucesos menores, dicen  los diarios.
Empiezo a pensar que el fin del mundo no tiene fin.
Capaz que despues de un tiempo el fuego se vuelve maremotos o fuertes corrientes de viento, para no aburrir a la gente.
Desde el mes pasado que Pedro, el electricista, se aloja en el techo de su casa y arroja piedras a los gatos negros culpandolos de la catastrofe. Creo que ya lo hace más por costumbre que por convicción.  Y esta bién. Porque estamos aprendiendo a convivir con el fin del mundo.

domingo, 5 de agosto de 2012

CARTA PARA MÍ DESDE MI MUERTE

Recuerdo, las caras de las personas que me habitaron. No son solo caras pasajeras. Son caras de todos los días. Aunque algunas hayan permanecido para mí intactas como insectos clavados en un telgopor. Viajan por el universo. Unas van, otras vienen.  Un perfil, una risa invertida, un guiño. No son solo viejas postales. Son fragmento de vidas que, de alguna forma, me atravesaron.

Ahora, quisiera recordarlas a todas juntas, de un golpe. No como un resumen de nada. Como un todo, como algo que no se pierde en el tiempo. Porque la noche llega y ya escucho el lamento atragantado de las canillas, y los recuerdos caen como un otoño en el silencio del piso.  Porque la noche me mira con su ojo ciego. Me mira, como miran las estrellas a los cobardes. Y yo no quisiera evaporarme sin llevarme un recuerdo. Un recuerdo que sea todos los recuerdos.

Los sonidos del beso, del jazmin, de trenes que vienen y van aullantes. El olor de los eucaliptus hervidos, el olor a domingo de los abuelos. Y el tacto de unas manos que tocaron caras ambiguas y puntiagudas. Y el tacto de de una espalda que tenía la forma de mis manos. Y las caras. Caras que vienen y van como orificios en la vida. Como expresión de cosas que no pueden dibujarse en un cuaderno, ni ser detectadas por palabras.

Porque, en el fondo, no estoy diciendo nada. Porque, no estoy diciendo lo que pretendo decir. Las palabras caen manchando la hoja. Todo lo que me envolvía, lo que estaba en algún lugar, no hace falta decirlo. Decirlo es callarlo.
Dicen que uno es viejo cuando ya no vive del futuro sino del pasado. Cuando sustituye ilusiones por recuerdos. Yo soy un recuerdo. Soy un anciano.

Por eso, cuando cubran de flores el silencio y, en la claridad de la mañana, tiren mis cenizas en el mundo, no pido que nadie me recuerde. Solo pido que no olviden lo que yo nunca olvidé. No olviden  que, con muchas razones, ese nene que fuimos nos patearia el culo.

EL IDIOTA INTERIOR

Hay que buscar al idiota interior.
Porque, el idiota no conoce verdades ni formulas. El idiota absoluto, todo lo desconoce.

Y el poeta, pienso, debería buscar la ingenuidad algunas veces. O siempre.

No se puede escribir un poema sobre un árbol conociendo todas sus caracteristicas. Su concepcón biologica. Aunque, existan los llamados "poemas cientificos".

Ver el mundo con inocencia. Ver todo por primera vez. Incluso, si nos brota la baba del idiota, es una situación perfecta para vomitar el poema.

Pero, esto tiene sus contradicciones porque, sí el niño es un ejemplo claro de inocencia, es (a la vez) un ejemplo de sabiduría. El conocimiento esencial no es un conocimiento de biblioteca, ni es el conocimiento que se desarrolla en el mundo de la calle.  Al menos, esto pienso yo.

La sabiduría esencial es empatía con el mundo. Y el árbol, el perro, la alameda, no consumen productos culturales.

Para conectar con el mundo hay que vaciarse. Llenarse de nada. Estar limpios, como las primeras veces que pisamos esta tierra.

Verlo como si fuera algo nuevo y sorprendente. Porque es algo nuevo y sorprendente. Solo que, a veces, no tenemos tiempo de mirarlo. O nuestro cerebro con demasiada historia ve al árbol vinculandolo a una mujer, a un momento, a una tristeza.

Ver sin historia. Ver. Mirar.
Como si el mundo, de repente, apareciera ante nuestros ojos después de una oscuridad absoluta.

Ver estupidamente. Sacarnos el ego de encima. Y ver.

Con la mirada perdida en un color, en una rama y los oidos embriagados por el canto de los grillos.

Correr por el patio, lastimarse las rodillas. Seguir los caminos perdidos. El camino de la hormiga, del perro.

Haciendo caso a la voz del idiota. 

sábado, 7 de julio de 2012

Me desarmo.
Petalo por petalo.
Me envio.
En un sobre sellado.
Paso.
Como una inundación.
Bajo tu puerta.
Me vuelo.
Me deshago.
En barro. En silencio.

viernes, 6 de julio de 2012

CALLE-LLUVIA
Hablar sobre esta calle. Que hayan bajado el telón del mundo justo acá, para atraparnos en la oscuridad del circo. Y, ahora, en esta intersección desierta, pasan autos trayendo olas del mar y el corazón se me llena de ausencias. Las caras de la gente parecen ajenas, como caras recortadas de los diarios, como barcos de diario en la lluvía.
Y llueve mi corazón desterrado, arrancado del mundo por la lluvía ¡No puedo decirlo! ¡me quedo corto! ¡Caigo!
Me deshago en inviernos y caigo en gotas de memoria sobre la calle oscura.